Responsabilidades
Iba caminando de vuelta al monasterio, dormiría a pata suelta en mi cama luego de comer algo caliente ya que en mi estómago solo había una sopa y mucha agua negra. Un sonido me hizo levantar la cabeza hacia el cielo y vi a un súper héroe volando, esta ciudad si se había puesto rara.
Traspuse las puertas de mi habitación y me saque mi traje y me lo puse a lavar, tenía otro, pero no tres, así que lavaría este y a la salida de las clases del monasterio lo plancharía. Me hice de comer un pan con carne, con huevos, jamón y un par de cosillas, algo liviano para esas horas, algo realmente delicioso. Mientras masticaba y leía las tareas del colegio se despertó mi hermano, me saludo dijo que don Vittorio estaba muy contento y pedía que lo visitara apenas pudiera. Saque una libreta de fechas y anote que debía visitar a Don Vittorio. Suspire con la sensación de haber vivido algo que olvidé, curioso, porque tenía la sensación que estaba incorporando algo que no había vivido a mis conocimientos.
La tarea era algo complicada, no para mí, pero no por eso dejaba de ser complicada. Me puse a repasar las lecciones de mañana o más bien las que tendría dentro de unas horas, decidí prender la radio. Allí escuche que se dio un enfrentamiento de súper héroes y villanos en el centro, pero ya había acabado, por suerte para mí ya que tenía muchas cosas al día siguiente. Revise mis sahumerios, los que tenía guardado en mi habitación y prendí un par, hice un rezo por mi niño, lo extrañaba. Al terminar mis tareas, y el enjuagado y extendido de la ropa en la soga, el lavar los platos, el barrer mi habitación y la cocina salir a tomar algo de fresco, se me había ido el sueño. La noche era despejada, asi que saque mi diario y lo actualice. Había una persona que me causaba curiosidad y ocupaba mi mente, era ese humano que tanto me molestaba. ¿Por qué hacia esto? Yo nunca le hice nada y se las ensañaba con migo... era tan frágil, bueno, una columna de hierro era frágil a mi lado, ese pensamiento me causo gracia. Entonces me fui del patio interno de las habitaciones a la calle y de allí me dirigí a la casa de árcade. Al llegar la vi cerrada, mala suerte, mañana iría a ver la chica y le diría que actuaba. Volviendo de noche vi algunos noctámbulos esperando el transporte público, me saludaron y les prodigue bendiciones. Retorne al templo y vi que había muchas hojas cerca de las estatuas de los héroes, saque una escoba de la casilla de jardinería y me puse a barrer. Al terminar el patio principal vi que quedaba casi una hora hasta el rezo matutino, dormirá después. Saque un cepillo y limpie la estatua del hijo del maestro dejándola casi como nueva, use algo de mis mañas para dejarla más bella, también me encargue de la estatua de su mascota que era un panda feral. Mientras amanecía vi que los pandas se me acercaron, corte una manzana y comencé a repartirlas. Como vi hambre en ellos hice mi rezos apurado, y fui por algo para que desayunaran.
Fue el monje encargado de esto que tomo mi posta, aquel anciano se sorprendió del estado del patio y me felicito, dijo que le diría al maestro de esto y de lo bien que lo había echo. Le agradecí y me fui a desayunar con el resto.
Mientras comía me interrogo Shiro.
- ¿Donde estuviste de noche? Vi tu cama y no dormiste en ella.
- Estuve encargándome del patio principal y de la estatua del hijo del maestro y de su mascota. Por cierto también alimente a los pandas. - Me toco la frente y la comparo con la suya
- ¿Tienes fiebre? ¿Estás enfermo? Desde cuando eres tan responsable y diligente.
- No sé, tal vez desde esta noche.- Tome algo del potaje de desayuno.
- ¿Te paso algo que estas así?
- Nada muy importante, solo que no quiero que me recuerden como un libertino sin responsabilidades cuando vuelva a Pan Do.
- Acá todos te extrañaremos y casi nadie pensara eso. ¿Extrañas tus tierras no es así?
- Si, bastante, sobre todo a mis hermanos y mis padres.
- ¿Y cómo se llaman ellos?
- No lo recuerdo.- Y comencé a comer como para dar a entender que no quería hablar más del tema.
Mientras estaba yendo al colegio me llamo Ghibli diciendo que ya había salido de trabajar, que si quería hacer algo cuando saliera del colegio.
- Tengo que ir a las clases del monasterio, pero si quieres nos vemos a la salida del teatro.
- ¿Qué vas a ver?
- Voy a actuar no a ver.
Le conté que mañana me tocaba mi actuación y allí me dijo que el también actuaba, tuve que cortarle después de decirle el lugar y la hora porque había llegado al colegio. Cuando vi que estaba cerrado me reí un poco para mis adentros, me olvide que hoy no tenía clases.