Primer Día Primera Parte

El segundo día de colegio y del monasterio me parecieron algo promedio, me entretenían mucho los profesores, pero a mi antojo aprendía muy lentamente y para colmo de males en algunas cosas era mucho mejor que ellos.

En un pequeño papel tome nota de donde quedaba ese hospital que viera ayer,  para cuando llegue vi muchas cosas, pero ninguna que me digiera que era pequeño. Estaba muy  limpio, en medida de lo funcional, y la gente no tenía mucha alegría, excepto las enfermeras que parecían dispuestas a una buena atención. Un amable guardia, luego de haberle explicado que venía por el anuncio de terapias alternativas me llevo a la oficina del director del nosocomio. Este era un lampiño bastante bien vestido, pelado, de mirada seria pero de talante amable.  Reviso los papeles que le presente y que me acreditaban como adversado en las terapias, este los leyó y me dijo.

-              Señor Qwon, se ve que eres muy bueno en acupuntura.

-              Sí señor, tengo mis estudios casi terminados y soy el mejor de mi clase.

-              Se ve por la nota del sumo sacerdote que así es. ¿Sabes que aquí el trabajo es sin paga no?

-              Si lo sé, solo vengo porque quiero ayudar y de paso practicar y mejorar mis técnicas.

-              Bien, el trabajo será de cuatro horas por día desde las veinticuatro a las veintiocho.

-              El horario nocturno no me molesta señor.

-              Solo que deberás usar uniforme del hospital, que consiste en un guardapolvo que te identificara.

-              Eso no lo sabía. ¿Y cuándo empiezo?

-              Puedes empezar hoy mismo a las veinticuatro, ve por tu instrucción y tu uniforme antes.

-              Perfecto,  y cuantas veces a la semana será.

-              Solo son tres días, aquí está el horario y el contrato.

Leí el horario y el contrato, lo firmé y decidí. Luego de ir por mi uniforme, que consistía en un guardapolvo azul me acerque a donde se daban las terapias de acupuntura y digitopuntura. Esta era una habitación pequeña en la cual había un medico ya de muchos años, una camilla, un escritorio con un computador y una repisa con hierbas y cosas utilices además de un esterilizador de agujas, claro, no olvidemos  un mapa de los puntos de energía de varias criaturas antropomorfas. Lo salude como corresponde hacerlo a alguien mayor y el me presento respetos por ser un monje.  Asistí a un paciente mientras el preparaba las agujas que este mismo traía ya que cada paciente debía de augurarse las suyas. Luego, mientras estaba acostado el paciente con las agujas en la espalda comenzó a mostrarme donde estaba cada cosa, donde estaban las hierbas, las gasas, la esterilizadora de agujas y como se usaba. Me mostro como se usaba ademas el comunicador interno que no había notado y me mostro el computador, yo ya tenía mi clave, así que cuando este se fuera la arrancaría la sesión con ella.

Este computador administraba la entrada de los médicos, los pacientes, los tratamientos dados, las obras sociales, los medicamentos usados, las historias clínicas y muchas cosas, preste mucha atención. Estaba emocionado de verdad, hoy sería mi primer día, así que le dije a Shiro que hacía, y este me felicito por mi decisión.

-              Muy  bien Qwon, me alegro que decidieras sentar cabeza y dejes un poco esa vida libertina que llevabas.

-              No la dejare, solo estoy haciendo una pausa.- Le respondí. Le arranque una risa.

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