Condecoración

Caramba que renovado se veía desde la terraza de mi casa todo. ¿Cuánto tiempo abre dormido?  Cuando me fui no tenía mi casa hecha y ahora estaba terminada y con una gran edificación en mi honor a su lado. El pequeño Ariel vino a mí con gran alegría, al parecer sus berrinches habían ido creciendo mientras dormía. Lo abrace fuerte y poniendo mi esterilla y la suya a mi lado hice nuevamente el saludo al sol. Él no podía completar todo el saludo, era muy pequeño, pero si el final y el comienzo, ponía mucho énfasis en esto, me llenaba de orgullo. Según me dijeron más tarde había dormido casi cuatro meses si contamos a partir de la gran explosión. Luego de desayunar descanse en mi cama un poco para luego salir al patio, lo mire y dije.

-              Tanto trabajo y tan poco tiempo. El patio y la casa parecen un cascaron vacío, hay mucho que hacer para convertir este lugar en mi hogar.

Me pase en el jardin acondicionando, juntando piedrecillas, quitando algunas hierbas, poco a poco esto tomaría el aspecto debido. Al medio día me reuní a comer con la soldadesca, hacía mucho que no lo hacía y extrañaba su cocina. Fui al comedor caminando apoyándome en mi lanza, todavía no podía caminar bien. Al entrar  se hizo un gran silencio y comenzaron a aplaudirme y hacer vítores.

-              Gracias amigos, realmente me gusta estar aquí, pero eso no ara que deje de revisar los informes para ver que tal la hicieron si mí.

 

Hubo rizas, comida y cervezas, la comida con mis colegas se transformó en una fiesta. Mientras comía a mis anchas la guardia personal de Gunter, el enano capitán de la fortaleza fue a por mí. De este modo fue como se presentaron.

-              Por órdenes del capitán debes venir con nosotros y solo.

Le devolví una mirada seria y pedí que me alcanzaran mi lanza y comencé a caminar junto a ellos acompañado solo por Vadis. Me llevaron a las oficinas principales en el fortín, lugar que por cierto nunca había visitado. Aquella oficina era hermosa con una decoración muy enana si me lo preguntan. Sus bellos cuadros de tierras lejanas, algunos de gente que desconocía, la mayoría de estos pequeños retratos parecían de la raza de Gunter.  Me senté en aquella silla de pura madera muy cómodo a esperar mientras acariciaba la cabeza de mi perro. Al rato de contemplar las obras de arte del lugar tuve que pararme, Gunter había llegado.

-              Hola pequeño. ¿Dormiste bien?

-              Si, con algunos sueños que no recuerdo pero si, todo bien.

-              Sueño pesado, estuviste muchos mesas fuera.- Él se sentó y me invito a hacerlo también.

-              Si bastante.- carraspee.- ¿Para qué fui llamado?

-              Bien soldado, fuiste llamado porque dejaras tus funciones para cumplir otras.

-              Señor, honrare cualquier lugar al que me lleves, pero todavía no me recupero completamente.

-              Eso veo, pero igual te asignare tu nueva función. Ahora llevaras las vidas y esperanzas de todos los del fuerte.

-              Yo no soy sacerdote, soy monje, es diferente.

-              No sé de qué me hablas.- Respondió jocoso.- Tu ahora serás Capitán.

Me quede unos momentos algo sorprendido en mi asiento.

-              Señor ¿Usted cree que estoy capacitado para ello?

-              Si, lo estás, has probado ser gran guerrero, muy responsable con la vida de tus subalternos y proyectas muy bien el crecimiento del fuerte. A tu llegada éramos un simple cuartel con un puerto, hoy con tu intervención nos proyectamos a ciudad.

-              Sera un honor, ¿pero usted que hará?

-              Yo volveré a mi ciudad con mi esposa a pasar al retiro.

-              Caramba, pero si no se lo ve mayor.- el me sonrio levemente

-              Ya he vivido muchos años pequeño, e hice muchas cosas y debo retomar mi vida.

-              Lo comprendo señor, más de lo que usted cree. Todo es temporal y el tiempo pasa, por más que no deseemos lo contrario, debemos a veces hacer lo debido.

El enano rio y saco una copa, y la lleno de cerveza.

-              No comprendo lo que dices, eres todo un caso Qwon. Esta noche en la cena se anunciara que tu serás mi relevo  y partiré con mis cosas mañana mismo. Por cierto, los viajes por la noche se han reducido al mínimo indispensable por los peligros de los no muertos.

-              Lo comprendo capitán, me pondré al día con la guardia y…..

-              No Qwon, no hace falta, tu puesto ya lo tiene Axis, y Axel te remplaza como jefe de la fuerza aérea.

-              Ya veo.- Dije sonriendo.- ¿Entonces ahora soy un civil?

La riza del enano fueron muy sonoras.

-              Si quieres verlo así, lo eres, dignos más bien que estas hoy en la reserva.- Entonces extendió una caja en frente mío.

-              ¿Qué es esto?

-              Tus condecoraciones.

Abrí la caja y las mire, eran muy bellas con bellos contraste de colores entre el metal y lo pintado.

-              Chico, tu no tienes bandera, deberás hacerte de una.

-              Me explicaría mejor señor.- Rasque mi cabeza

-              Pues tu no eres de aquí, no tienes bandera la cual te represente, así que deberás hacerte de una. Cuando te decidas pide ayuda a un heraldo en su construcción.

 Luego nos pusimos a beber cerveza como era la tradición entre los enanos para festejar. Mientras lo hacíamos le contaba lo sucedido en Mödir, finalmente, algo espirituosamente elevado  por la bebida me retire a mi hogar.

Una vez en el reuní a todos, a Frida, Custos, Ariel y Vadis para informarles las buenas nuevas. Todos se mostraron muy alegres hasta tal punto que tuve que sacarme de encima al lobo que me había abrazado.

-              Custos, camina con migo por la ciudad, tengo que hablarte de algo serio.

Caminamos  por la ciudad mientras me contaba de los berrinches de Ariel y del cotilleo de la taberna que ya estaba puesta en funcionamiento. En mi deambular me dirigí a la mastaba, a su puerta principal. Allí mismo cambie la conversación y el tono de mis palabras.

-              Mira Custos, he criado mucho cariño contigo pero debes irte a tu tierra.- Este entristeció visiblemente y rehuí un abrazo.- Tu no perteneces a este lugar ni estas preparado para vivir aquí, tu debes volver y retomar tu vida.

-              Mi vida es aquí y ahora.

-              No Custos, no es aquí, si no has notado que desde que viniste te sientes más cansado y duermes más. ¿No es asi?

-              Si, y que tiene que ver.

-              Es que tu conexión de afirmamiento a este mundo se está debilitando, tu no entraste de la forma correcta y si sigues aquí simplemente morirás.

-              Prefiero hacerlo a dejarte.

-              Necio, en la muerte no hay amor ni nada. Tú volverás esta misma noche y para que no sufras todo lo vivido aquí no será más que un sueño. – Agacho la cabeza.

-              ¿Sera un bello sueño?

-              Ya lo creo que sí, aquí hay dragones, elfos y magos, será uno bello. Mira, si el futuro nos cruza nuevamente será otra la historia.

-              Lo prometes.

-              Lo prometo, ahora vuelve a la casa y comienza a despedirte.

Allí fui yo quien lo abrazo para luego quedarme solo en este lugar mirando el edificio. La obra de arte era increíble.

-              ¿P0ero que prodigio pudo construir semejante cosa tan rápido, tendría que enterarme como se realizó?.- Me pregunte.

-              Debo seguir mirando el edificio hasta que se vaya, no quiero que vea mi congoja.- Dije para mis adentro, y luego de un largo rato traspuse las puertas de aquel lugar.

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