Bosque de hierbas

El que busca encuentra, y el que busca con cierto número de información extra encuentra más, así que así decidí salir como todos los días a por mis hierbas esta vez con un de nano. De vez en cuando me encontraba con un parroquiano, pero aquel día me causo curiosidad el mozo de cuadra así que me decidí hablar con el.

  • ¿Cuál es tu nombre?
  • Mi nombre es Frederic.
  • ¿Eres nuevo aquí?
  • Estoy hace rato ya, pero no nos habíamos encontrado antes, pero siempre escuchaba hablar de ti, de tus comidas.
  • Si quieres te preparare alguna y te traeré.
  • Eso sería hermoso y seguro dios te agradecerá por ello.

Me despedí con un sonrisa y un apretón de manos seguro de que ese chico es nuevo en el lugar. ¿Habrá mentido? No pensé más en ello y continúe mi viaje silbando despreocupado.

Comencé a tirar de mi carro saliéndome del camino con un cosquilleo muy extraño, me puse alerta cuando un parroquiano apareció tranquilamente, un buey alto, con recia armadura de mallas y espada ancha, casi como un guardia pero no era tosco como ellos cuando también escuche que dos más se acercaban a mí por la espalda, así que salí de las asas del carro, hice un movimiento como para hacer sonar mi espalda y tomar disimuladamente mi bastón, este comenzó a hablar.

  • ¿A que vienes aquí?
  • Vengo a por hierbas, aquí hay muchas de verdad.
  • No sabes que este lugar es nuestro.

Eso era mentira, todo el territorio era de Moloch.

  • No amigo, este lugar pertenece al rey y según se permite a todo el mundo estar por aca.
  • Lo llamas mentiroso.- Dijo uno por la espalda.

Corriéndome de modo que no dejaba a nadie a mi espalda dije.

  • No dije eso, simplemente que seguramente se confundió.
  • Me tratas de mentiroso y de tonto, eso no quedara así.

Poniéndome tenso listo para el combate comencé a mirarlos más fijamente.

  • Amigos, evitemos esto, soy alguien pobre que trabaja como cocinero en una simple taberna, no tengo nada valioso.
  • Tu talvez seas pobre, pero tu dueño es rico y pagara buen rescate por ti.
  • No creo que lo haga.- Dije con toda tranquilidad.
  • ¿Tan tacaño es que te dejara morir?
  • No, es que es imposible que solo tres puedan siquiera tomarme de mi camisa.

Esto fue lo suficiente como para que el creía estar mas a mi costado intentara una finta, pero atrape su arma en el canto de su acá para luego golpear sus dedos y con un consiguiente giro salió expulsada el hacha por el aire y la tome. En forma de burla vi que tenia unas muescas en su mango muy claras y eran las siguiente.

“   I-XI/I/III/////VI/XVI/IX-XVII-XXX/  ”

No puede meditar mucho en ellas ni en su significado ya que uno de sus compañeros arremetió con su espada y con el simple esquivar y golpear en sus mano el suelo se hizo con su arma.

El desconcierto reinaba entre mis atacantes y dije con vos clara como el agua de manantial pero con la solidez de las rocas de las montañas.

  • Creo que fui claro que no quiero hacerles daño, pero tampoco quiero rencores, si dejamos todo así y prometen no buscarme el daño cuando vayan a comer a la taberna les daré de las mejores porciones que tenga de lo que pidan.

No lo meditaron mucho, tomaron sus armas y se retiraron, no sin antes que me dijera el que parecía el jefe.

  • Eres alguien extraño panda.
  • Mi nombre es Qwon.
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